
Principales hallazgos
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Los tipos de fuentes que más protagonismo tuvieron en Chile para narrar la pandemia fueron las fuentes oficiales, especialmente figuras políticas, autoridades de salud y en cierta medida, expertos en salud, seguidas desde lejos por las fuentes ciudadanas, académico-científicas, y económicas. En cambio, las fuentes que tuvieron el menor protagonismo fueron celebridades, medios, deportivas, personeros y organizaciones de la sociedad civil, fuentes policiales y legales.
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Las fuentes políticas fueron indiscutiblemente las más utilizadas en la cobertura del COVID-19 en redes sociales por parte de los medios nacionales en Chile, lo que se replicó en cada una de las plataformas y tipos de medios analizados, y que se mantuvo, en términos globales, estable a lo largo del tiempo. Así es como las fuentes políticas representaron casi el 60% de todas las fuentes de noticias utilizadas, haciendo de la crisis sanitaria un tema predominantemente político.
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En efecto, la cobertura dada por los medios a la pandemia en Chile demuestra un fuerte papel del Estado, a través del Poder Ejecutivo, en la construcción de las noticias pandémicas y muestra que las publicaciones de medios sociales de las principales organizaciones de noticias del país mantuvieron una fuerte orientación de élite.
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De todas las organizaciones de noticias incluidas en este estudio, la única que mostró un comportamiento diferente fue LUN, que dio mayor importancia a fuentes de salud y mostró una mayor pluralidad en la inclusión de diferentes voces.
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La amplia supremacía de las fuentes políticas en la cobertura de los medios chilenos, incluso por sobre la de otros países latinoamericanos y de democracias avanzadas, puede interpretarse como una característica común de las culturas periodísticas en las que los medios privilegian eventos y actores políticos (Díaz y Mellado, 2017), y donde las fuentes oficiales tienden a establecer la agenda.
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Asimismo, el alto porcentaje de fuentes de élite, y particularmente de fuentes políticas en cada una de las plataformas analizadas sugiere que las jerarquías tradicionales de noticiabilidad usadas por los medios de comunicación, pueden en realidad ser replicadas en las plataformas digitales.
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Las fuentes de salud fueron las segundas más prominentes, y tomadas junto con fuentes científicas y educativas, sugieren que, si bien el Estado se volvió más central durante la pandemia, también lo hizo el papel definitorio de la ciencia biomédica.
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El uso de fuentes específicas varió significativamente con el tiempo. Estos cambios fueron de la mano con hitos globales específicos de la pandemia, siendo impulsados principalmente por el ciclo pandémico, su novedad, y el número de nuevos casos y muertes totales.
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El número total de fuentes utilizadas en la cobertura del COVID-19 por los medios alcanzó su punto máximo en la primera ola de infección en el país. Este mayor nivel de cobertura refleja la política pública, en tanto en la primera fase de una pandemia, las autoridades sanitarias y políticas hacen un esfuerzo para dar la alarma y movilizar una respuesta social (Briggs y Hallin 2016; Hallin et al., 2020). Es probable que esto también se combine con lógicas mediáticas que asignan mayor valor periodístico a una historia novedosa, con una cobertura pandémica que más bien cae en rutina después de la primera fase.
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Específicamente, el peak en la presencia de fuentes políticas y también en las fuentes de salud fue de la mano con el aumento de nuevos casos positivos y de muertes durante la primera ola de la pandemia, coincidiendo con el confinamiento más duro y, con apariciones diarias o conferencias de prensa en directo por parte del presidente de la República y/ de autoridades de salud.
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Asimismo, existieron otras voces, si bien considerablemente rezagadas, que también tuvieron una presencia importante.
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En Chile, las fuentes académico-científicas fueron proporcionalmente menos importantes para los medios de comunicación de Chile que para los medios de comunicación de otros países, y tuvieron su mayor impacto entre marzo y junio, meses en los que el sistema académico y educativo sufrió cambios importantes. En cuestión de semanas, se tuvo que cambiar el método de enseñanza a modelos virtuales, y se hicieron evidentes las diferencias sociales en el acceso y la conectividad a las tecnologías. Paralelamente, los conflictos entre el Ministro de Salud y los miembros de la comunidad científica fueron en aumento después de que los medios y el mundo científico cuestionaron las cifras del Ministerio de Salud sobre la dimensión real de la pandemia.
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En términos absolutos, la presencia de las fuentes ciudadanas aumentó en la primera ola a medida que el impacto del virus se sentía en la vida cotidiana y la cobertura tendió a crecer en volumen y complejidad. En efecto, las fuentes ciudadanas aparecen con mayor fuerza en el contexto de los debates sobre las restricciones y la reapertura. Asimismo, las fuentes ciudadanas tuvieron mayor importancia que las fuentes científicas en varios momentos del año mostrando una discusión menos técnica y más basada en testimonios u opiniones personales.
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Las fuentes económicas también tuvieron una presencia significativa y tendieron a aumentar en períodos en los que se debatieron restricciones y medidas para hacer frente a las consecuencias económicas de la pandemia. Si bien las fuentes económicas fueron prominentes y en ciertos períodos del año eclipsaron a las fuentes ciudadanas e incluso a las fuentes científicas, su mayor crecimiento se produjo al principio y al final de la primera ola y durante la segunda explosión de infecciones en el país, cuando se discutió la necesidad de recurrir a los fondos de capitalización de pensiones individuales de los chilenos (AFP) como una opción para enfrentar la crisis económica.
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Las plataformas Facebook e Instagram se presentaron más pluralistas que Twitter en la cobertura dada al COVID-19 en Chile, tanto en términos del número como del tipo de fuentes a que otorgaron voz. Twitter, en cambio, dio espacio a un grupo más restringido de voces.
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En términos de los tipos de medios analizados, los resultados muestran que mientras la televisión y la radio dieron más voz a la ciudadanía, los medios digitales dieron más voz a la sociedad civil. En particular, TVN y Mega replican la tendencia general de privilegiar fuentes en orden político, de salud, ciudadanas, científicas y económicas. Cooperativa difiere levemente de ambos medios al incluir en quinto lugar a las fuentes deportivas. Otro grupo que mantiene un patrón común es el conformado por El Mostrador, La Tercera y CNN con un orden que privilegia, en el tercer lugar, a fuentes científicas por sobre la ciudadanía, y con la mayor presencia de fuentes políticas en términos comparativos. Finalmente, dos medios que parecen tener características diferentes a los demás son Canal 13 y LUN. Canal 13 se diferencia al dar especial importancia a las fuentes económicas en un privilegiado tercer lugar, mientras que LUN es el único medio que privilegia a las fuentes de salud por sobre todas las demás.
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Siete de los nueve medios analizados privilegiaron informar sobre el COVID-19 en Facebook, luego en Twitter y finalmente en Instagram. Sin embargo, La Tercera y Radio Cooperativa rompen esta tendencia, posicionando a Twitter como la red social privilegiada para informar sobre el Covid-19.
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Las entidades políticas más mencionadas como fuentes en la cobertura del COVID-19 en 2020 fueron el Presidente de la República, Sebastián Piñera; el Ministerio de Salud y el exministro de salud, Jaime Mañalich. Dentro de los 10 nombres políticos más citados solo figura una mujer (en la posición 7) y tres entidades internacionales.
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Las entidades políticas más mencionadas como fuentes en la cobertura del COVID-19 en 2020 fueron el Presidente de la República, Sebastián Piñera; el Ministerio de Salud y el exministro de salud, Jaime Mañalich. Dentro de los 10 nombres políticos más citados solo figura una mujer (en la posición 7) y tres entidades internacionales.
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Entre las menciones a centros hospitalarios destacan tres clínicas privadas (Clínica Indisa, Clínica Alemana y Clínica Las Condes) y un solo centro público (el Hospital San José), develando la construcción mediática de la pandemia desde la elite gubernamental y económica.
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El ranking de fuentes ciudadanas muestra que estos fueron mayormente citados como ejemplos de historias que los periodistas querían relatar. Las referencias más comunes se hacen a familiares, pacientes, vecinos y adultos mayores que son solicitados en sus testimonios para recoger una voz de la calle general que se ve afectada directa o colateralmente por la enfermedad. Cabe señalar, que el contexto en que estos son citados no solo refiere a los efectos directos de la enfermedad, sino también a las situaciones derivadas de la desprotección social vivida por los segmentos más vulnerables.
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Las fuentes académico - científicas estuvieron monopolizadas por universidades internacionales vinculadas a la investigación de la vacuna, y por las principales universidades chilenas y sus rectores.
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Las fuentes académico - científicas estuvieron monopolizadas por universidades internacionales vinculadas a la investigación de la vacuna, y por las principales universidades chilenas y sus rectores.
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En cuanto a la cobertura internacional y mención de otros países, se observan dos orientaciones. La primera refiere a China como origen de la pandemia, ejemplo de rigurosas cuarentenas, y casi al finalizar el año, como una de las naciones más avanzadas en el desarrollo de la vacuna. La segunda orientación, en tanto, abarca a los países más afectados por la pandemia a nivel planetario, como lo fueron Estados Unidos, Italia, Brasil y España.